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CIUDADELA
HISTORIA

Reseña historica de Ciudadela de Menorca

     Ciutadella como su nombre en menorquines o Ciudadela los castellanos y que hoy Oficialmente es Ciutadella de Menorca, tiene sus orígenes históricos, como otros núcleos urbanos de la isla, en los Cartagineses que la poblaron durante siglos, tal es así que, con la presencia fenicia el área poblada de poniente se la conocía con el nombre de Jamma.
     Tras la reconquista llevada a cabo por Alfonso el Liberal, en el año 1287, el pueblo se despierta del letargo de los siglos y tiene un desarrollo sostenido durante casi tres siglos, lo que la sitúa como uno de los núcleos urbanos preferido para la construcción de las grandes obras que por entonces se hacen en Menorca: los palacios de la nobleza y las iglesias, asegurando cada vez más la pujanza del pueblo. Debido al asedio y la posterior destrucción de la cuidad a manos de las hordas turcas que surcaban el Mediterráneo en el año 1558, se tardó casi un siglo en reconstruirla, pero el esfuerzo en recuperarla y en construir el recinto amurallado que hoy se conoce como Contramurada, para no ser nuevamente invadidos por los corsarios, la retrasan y nunca más vuelve a tener el esplendor de siglos anteriores.
     Sin embargo dentro del recinto amurallado la construcción de palacetes es muy marcada y hoy se pueden ver en muy buen estado de conservación, motivo por la que se le suele llamar la Florencia del Mediterráneo. La gran personalidad de la edificación, de aspecto medieval, invita a recorrerla de manera cansina para poder apreciar con todo detalle la gran cantidad de monumentos arquitectónicos de estos siglos.
     Con la dominación Inglesa pierde la capitalidad. Seguramente por los recelos de los nobles a una nueva conquista los administradores Ingleses ven con buenos ojos el traslado de la administración al otro extremo de la isla donde además se encuentra un puerto que ven con mayores posibilidades para su comercio, dejando de ser la capital en el año de 1722 y conservando el obispado como máxima autoridad eclesiástica que nunca quiso sumarse al traslado de los fueros administrativos, perdurando así hasta la actualidad.
     Con la nueva situación administrativa la ciudad se estancaría durante los próximos 150 años para empezar su reactivación con la demolición de la muralla, en el año 1873, que la restringía a modo de corsé y comienza la aparición de nuevos barrios y áreas urbanas más alejadas al casco antiguo. A este nuevo resurgir se le suma la industria de la bisutería en el siglo XVIII y la del calzado en el XIX que da un nuevo esplendor y reactiva la economía con gran cantidad de pequeñas industrias, que se van haciendo cada vez más fuertes con el correr de los años, pero que han empezado un marcado declive y pierden poder ante la moderna pujanza de la industria sin humo, como se le llama al turismo, dando paso a nuevas actividades y, sobre todo, al cambio de fisonomía del término con la aparición de nuevos núcleos urbanos algo mas alejados del puerto, que fuera el motor del asentamiento humano primitivo, buscando otras zonas costeras.