Algendar
El barranco de Algendar es el accidente geográfico más importante de la altiplanicie miocénica del sur de Menorca, de gran belleza natural y paisajística.
Este barranco forma el límite entre los términos municipales de Ferreries y Ciutadella.
Desde Ferreries se puede visitar siguiendo la carretera general y tomando el segundo desvío por la izquierda se adentra un camino vecinal que permite el paso a los vehículos hasta la boca misma del barranco. La excursión tiene que continuar luego andando.
La abundancia de agua y la especial configuración orográfica, a resguardo de los fuertes vientos de tramontana tan característicos en la época invernal hacen los terrenos del barranco muy aptos para el cultivo de frutas y hortalizas. Son famosas sus naranjas.
Las riqueza de la fauna y la flora de Algendar han configurado este territorio como una reserva natural de gran valor ecológico y han sensibilizado a la población sobre la necesidad de evitar proyectos de urbanizaciones que acabarían con el habitat natural de algunas especies protegidas de animales que andan entre sus rocas y afilados acantilados.
Atravesando el barranco se llega hasta la playa de Cala Galdana, aunque el abandono paulatino de la actividad agrícola ha provocado la intransitabilidad del último tramo del camino. Un arroyo de agua fresca y cristalina atraviesa la hondonada, recoge las aguas pluviales de las laderas colindantes hasta desembocar en el río de la Cala.
La literatura popular ha creado numerosas leyendas y mitos. "Sa nuvia d'Algendar" es sin duda la más conocida. Narra las peripecias de una joven payesa que una noche de luna llena fue raptada por un moro que se había enamorado de ella y que se la llevó cautiva a tierras de la morería.
Dice la tradición popular que en estos bellos parajes existieron los jardines del Almogarive de Santa Agueda en época anterior de 1287, en tiempos de la dominación musulmana.
Este barranco forma el límite entre los términos municipales de Ferreries y Ciutadella.
Desde Ferreries se puede visitar siguiendo la carretera general y tomando el segundo desvío por la izquierda se adentra un camino vecinal que permite el paso a los vehículos hasta la boca misma del barranco. La excursión tiene que continuar luego andando.
La abundancia de agua y la especial configuración orográfica, a resguardo de los fuertes vientos de tramontana tan característicos en la época invernal hacen los terrenos del barranco muy aptos para el cultivo de frutas y hortalizas. Son famosas sus naranjas.
Las riqueza de la fauna y la flora de Algendar han configurado este territorio como una reserva natural de gran valor ecológico y han sensibilizado a la población sobre la necesidad de evitar proyectos de urbanizaciones que acabarían con el habitat natural de algunas especies protegidas de animales que andan entre sus rocas y afilados acantilados.
Atravesando el barranco se llega hasta la playa de Cala Galdana, aunque el abandono paulatino de la actividad agrícola ha provocado la intransitabilidad del último tramo del camino. Un arroyo de agua fresca y cristalina atraviesa la hondonada, recoge las aguas pluviales de las laderas colindantes hasta desembocar en el río de la Cala.
La literatura popular ha creado numerosas leyendas y mitos. "Sa nuvia d'Algendar" es sin duda la más conocida. Narra las peripecias de una joven payesa que una noche de luna llena fue raptada por un moro que se había enamorado de ella y que se la llevó cautiva a tierras de la morería.
Dice la tradición popular que en estos bellos parajes existieron los jardines del Almogarive de Santa Agueda en época anterior de 1287, en tiempos de la dominación musulmana.